En esta época donde ya podemos ver las consecuencias y efectos del cambio climático es necesario tomar medidas para que nuestros sistemas urbanos y rurales puedan resistir los cambios generados por nuestra propia acción. Así mismo, es necesario tomar medidas para eliminar gradualmente las causas del cambio climático.
Todo esto está estrechamente relacionado a la resiliencia climática que trata no solo de hacer frente a los impactos del cambio climático, sino también de evitar que esos impactos empeoren. Una sociedad resiliente al clima tendría bajas emisiones de carbono y estaría equipada para lidiar con las realidades de un mundo cambiante.
La sequía y sus efectos son una muestra clara de las consecuencias del cambio climático.
Fuente: Europa Press
¿Qué nos aporta la resiliencia climática?
Como lo dice su concepto es una habilidad preventiva, resolutiva y adaptativa de las comunidades hacia problemas relacionados al cambio climático. El primer punto, y más importante, que es la prevención nos indica que debemos actuar antes de percibir completamente los daños por el cambio climático. El evitar y minimizar los daños ocasionados por nuestras actividades hacia el medio ambiente se puede entender como una escala donde se prioriza la conservación del estado natural de los sistemas de vida y, si no es posible hacerlo, encargarse de reducir los efectos lo más posible para generar el menor impacto posible. Para ejemplificar este punto tomemos a las emisiones de carbón generadas por el transporte, teniendo como medida para evitarlo el uso de bicicleta y para minimizarlo el uso de transporte público o el cambio a combustibles con menor emisión de CO2 como el gas natural al momento de la combustión.
Por otra parte, tenemos la parte resolutiva, que consiste en mitigar los impactos ya generados en el pasado. Es a partir de este punto que empezamos a ver medidas de compensación, las cuales buscarán llevar a nuestros sistemas humanos y naturales a un estado igual o mejor al anterior de generarse impactos al clima. Esto no solo ayuda a mitigar los efectos del cambio climático, sino que debería mejorar la calidad de vida de las personas, la flora y la fauna. Un ejemplo de ello son las campañas de forestación y reforestación, las cuales dotan de vegetación que brinda diferentes servicios ecosistémicos para las personas y animales como la retención de humedad, generación de sombra, producción de oxígenos, estabilización del suelo, etc.
Reforestación llevada a cabo por miembros de la comunidad beneficiada.
Fuente: Pitalito Noticias
Un aspecto que también se debe incorporar a lo anteriormente relacionado es la justicia climática. Tener mecanismos para atender a los grupos más vulnerables a los efectos del cambio climático que probablemente ya fueron afectados es fundamental para formular planes para la mitigación y adaptación. Atender las necesidades de los más vulnerables también es parte de una adecuada gestión de los riesgos a causa del cambio climático y es eficiente para reducir la vulnerabilidad general de los sistemas.
RESILIENCIA EN BOLIVIA
En Bolivia, eventos climáticos adversos como las sequías y las inundaciones ponen en riesgo la lucha contra la pobreza. El cambio climático—y sus efectos, que incluyen el derretimiento acelerado de los glaciares, variaciones en los patrones de precipitación y el aumento de la sequía—exacerbar la escasez de agua en algunas cuencas hidrográficas, afectando la disponibilidad de agua para beber, agricultura, generación de energía hidroeléctrica, minería, industria y ecosistemas. El impacto negativo de estas tendencias en la economía, el ecosistema y los medios de vida y el bienestar de la población ya se está sintiendo, especialmente en sectores vulnerables como los pobres, las mujeres, los niños y los adultos mayores.
El país cuenta con el Programa Piloto de Resiliencia Climática que a su vez contiene el Marco de Gestión Ambiental para el mismo. Este marco tiene por objetivo “definir y presentar los procedimientos y los instrumentos de filtrado (screening), categorización, evaluación y mitigación ambiental compatibles con las salvaguardas del Banco Mundial, que las instituciones responsables de la implementación del Proyecto (FPS y SDC) aplicarán cuando desarrollen los sub-proyectos de infraestructura y de Manejo Integral de Cuencas (MIC). Proyectos como el “Proyecto Resiliencia Climática – Gestión Integrada de los Recursos Hídricos en las Cuencas de Bolivia”, el primer gran proyecto financiado por el Banco Mundial que incidía en el cambio climático en Bolivia tuvo por objeto llevar a la práctica la teoría del enfoque de gestión integrada y climáticamente inteligente de las cuencas hidrográficas.
El riego suele ser una de las medidas tomadas en Bolivia para mitigar los efectos de las sequías.
Fuente: Alerta Bolivia
Así mismo, ya se tiene en planes el desarrollar normativa que impulse medidas para generar una resiliencia climática en el país. El pleno de la Cámara de Senadores aprobó el proyecto de ley (pl) N° 210/2021-2022 CD “Que aprueba el Convenio de Financiación N° 2000004132, suscrito entre el Estado Plurinacional de Bolivia y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA). El convenio suscrito en fecha 16 de marzo de 2022 por un monto de 23 millones 600 mil bolivianos, está dirigido a la resiliencia climática para los municipios del país que han sufrido desastres naturales y requieren reestablecer proyectos de horticultura y otros múltiples.
El aporte de organizaciones civiles también tiene relevancia en el país. El apoyo de fundaciones e instituciones nacionales e internacionales hace posible que estos grupos puedan generar y poner en marcha proyectos en pro de mejorar la resiliencia en diferentes comunidades. Tenemos un ejemplo perfecto con la organización Agentes por la Resiliencia Climática que se describe a sí misma como Grupo de niñas, niños, adolescentes y jóvenes que promueven la resiliencia climática como agentes de cambio en su entorno. De esta forma existen diferentes plataformas y grupos que trabajan mejorando la capacidad de resiliencia climática en todo el territorio nacional, siendo los principales interesados e impulsores de este tipo de actividades.
Sin duda fortalecer la capacidad de resiliencia de nuestros sistemas, tanto naturales como humanos, es de vital importancia en la lucha contra el cambio climático y nos conduce al camino de un desarrollo sostenible al mejorar la calidad del medio natural y social sin comprometer la economía.
La participación de todos los actores sociales es necesaria para llegar a cambios con nuestras acciones. Si bien los proyectos se pueden concretar de una forma u otra, el impacto que tengan depende de atender las necesidades específicas de las comunidades.
Fuentes:
Banco Mundial. (2021). Operativizando la resiliencia climática en Bolivia a través del enfoque de gestión integrada de cuencas hidrográficas en tres subcuencas del Río Grande. Obtenido de Relief Web
Ministerio de Medio Ambiente y Agua. (2019). Marco para la Gestión Ambiental. [PDF].
Prensa Senado. (2022). Senado aprueba proyecto de ley dirigido a contribuir a la resiliencia climática en municipios que sufrieron desastres naturales. Obtenido de Cámara de Senadores: https://web.senado.gob.bo/prensa
Unión de Científicos Conscientes. (2022). ¿Qué es la resiliencia climática? Obtenido de UCSUSA.org: https://es.ucsusa.org/recursos/que-es-la-resiliencia-climatica