Luis Aguirre

A los ocho años, el biólogo Luis Aguirre vivía fascinado como muchos niños con las historias de monstruos, vampiros y hombres lobo. Pero su interés por estos personajes tenebrosos evocados en los más populares cuentos de terror, no fue un mero gusto y se fue convirtiendo con el paso del tiempo en aquello que dispararía su vocación.

A los 11 años, cuando por primera vez vio a un murciélago en Bolivia, supo que no descansaría hasta aprender todo lo que pudiera de esos mamíferos poco carismáticos pero tan misteriosos para él en ese momento.

Luis Aguirre verificando el estado de un Murcielago Ph: Mongabay Latam.

Sus padres le abrieron las puertas hacia el fascinante mundo de la ciencia, sobre todo, al de la biología, y él encontró rápidamente su camino. Se graduó de biólogo en la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz y siguió su maestría en Ecología y Conservación en el Instituto de Ecología de la misma universidad. Para su doctorado se mudó por un tiempo a Bélgica para estudiar en la Universidad de Amberes, pero tras acabar sus estudios volvió a Bolivia.

Mi primer murciélago verdadero, no aquellos que yo muy entusiasmado recortaba de mis libros de biología o enciclopedias, para horror de mis padres, lo vi en el campo, en las montañas de los Yungas de La Paz, a eso de los 11 a 12 años. Quedé prendido de su anatomía, la forma de sus alas, la membrana, su cara, era un nectarívoro de hocico largo, conocido como Anoura. Viendo esta fascinación por los animales, mis padres Fernando y Marta, me llevaron a conocer a Don Herminio Forno, un famoso coleccionista privado de mariposas. Don Herminio me presentó a su hijo, Eduardo Forno, quien era y es un muy respetado biólogo boliviano, actualmente director de Conservación Internacional Bolivia. Eduardo fue quien me introdujo a las ciencias biológicas y me invitó a trabajar como auxiliar, a los 14 años, al Museo Nacional de Historia Natural en La Paz. Una vez en el museo, el mundo de las ciencias naturales explotó ante mí y ni qué decir del mundo secreto de los murciélagos.

Luis Aguirre descansa junto a Rodrigo Medellín, el “Batman de México”, a quien considera su mentor, durante un trabajo de campo. Foto: CEBIO.

“…A mí me empezaron a gustar los murciélagos a los 8 años debido precisamente a que el folklore los relaciona con vampiros y monstruos, y a esa edad a mí me encantaban los monstruos. Fui y soy un gran fanático de ‘Sombras Tenebrosas’. Sin embargo mi fascinación por ellos, a tan corta edad, fue creciendo conforme mis padres y amigos biólogos me empezaron a explicar lo que realmente son y lo que hacen. Desde entonces, esa fascinación no se ha quitado, más bien aumenta cada día más…”, cuenta Aguirre en una entrevista realizada por  Mongabay Latam publicado el 5 de marzo del 2019 como “Luis Aguirre: el ‘Batman’ de Bolivia que se enamoró de los murciélagos a los 8 años”.

Referencias:

Luis Aguirre: el ‘Batman’ de Bolivia que se enamoró de los murciélagos a los 8 años

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