Las políticas ambientales y el comportamiento de nuestra sociedad trajeron escenarios diversos este año. A nivel nacional también tuvimos movimiento en temas ambientales, viéndose marcados principalmente por el incremento de actividades mineras, los daños a nuestra biodiversidad, entre otros. A continuación, mostramos algunos de estos casos:
Malo
Bueno
Malo
Bueno
Malo
Bueno
Malo
Bueno
La mayoría de las situaciones en el país fueron negativas para el medio ambiente, ¿o no? A lo largo de este año también hubo esfuerzos que no resonaron tanto como los casos anteriormente vistos pero que no se deben desmerecer. Vale la pena reconocer el esfuerzo de organizaciones de la sociedad civil mediante campañas de concientización (mediante limpiezas y participación en ferias) y capacitación (siempre con el apoyo de instituciones estatales y ONG’s) en el ámbito de residuos sólidos. Así mismo, reconocer el impacto de otros proyectos e iniciativas que surgieron en post del bienestar de las personas y del medio ambiente, como son los huertos urbanos. Es difícil hacer justicia a la labor de las personas en palabras, pero nos dejan algo claro: las acciones locales tienen resultados globales.
Como podemos notar, Bolivia está lejos de encaminarse a un desarrollo sostenible que proteja a las personas y la naturaleza. Aún tropezamos con temas frecuentes como la minería, pero tomamos algunos pasos que nos acercan, de a poco, a la primicia de Vivir Bien entre sociedad y la madre tierra. Será interesante compartir con ustedes el 2023 con retos y desafíos tan marcados como interesantes.